En una semana, el próximo jueves 17 de Febrero, a las 19:00 horas, si el tiempo, la salud u otras circunstancias no lo impiden, como dice mi cartel arriba, presentaré mi libro «Sin presiones, Canarias dibujada» en Madrid, en la Librería La Buena Vida, calle Vergara, 5.
Escogí esa librería porque ese rincón de Madrid tan cercano al Teatro Real me trae muy buenos recuerdos, desde los más recientes de mis dibujos de la plaza Ramales, con rodaje con moto incluido, o de la calle Santiago,
Plaza Ramales, MadridCalle Santiago, Madrid
Hasta los algo más lejanos cielos de Madrid de hace 10 años desde una sala de ensayos del Teatro Real
Y recuerdos de los aún más lejanos, de mis paseos por Madrid vestido de caqui allá por 1980, mucho más grises que esos cielos, pero igualmente válidos para mí.
La librería se llama «la Buena Vida», y es sabido que no es casualidad, por ser esta la primera película de David Trueba, y preparando la que va a ser la primera presentación de mi primer libro, pensé en verla, porque se puede ver en RTVE Play estos días, y no la vi en su momento, allá por 1996.
Sin embargo, quizás por mi edad, por mi historia personal, esa zona de Madrid me recordó otra primera película muy anterior, «Ópera prima», de su hermano Fernando Trueba, de 1980, ambientada en aquella zona y en aquellos años y que, esta sí, recuerdo haber visto en su momento.
No ha sido fácil encontrar «Ópera prima». No está en plataformas, ni se encuentra en bibliotecas o lugares de préstamo. Hace unos días, tras muchas búsquedas, pude verla online. No me pregunten dónde. Verla me trajo a la memoria el juego de palabras de su título, su cartel sus paralelismos con la película de Woody Allen «Manhattan».
El paralelismo, que entonces me pareció casual, que alguien en la España de aquellos años tuviera vivencias similares a las de los personajes de Allen, no lo fue tanto. Basta ver las fechas de ambas películas, la crítica de trueba a la película de Allen, los personajes de ambas películas. Quizás por eso, pasados los años y con un Óscar en su manos, por su temática y referencias, «Opera Prima» no está entre las favoritas de su director.
Muchas pegas se le pueden poner, es cierto, y sin embargo, al ver en la web de Fernando Trueba un corto vídeo de una escena del rodaje, con Paula Molina abrigada fumando y leyendo, esperando a que Óscar Ladoire repitiese una y otra vez una escena que parece sencilla, la llegada de la calle con una bolsa de la compra, en una buhardilla atestada de técnicos, sin otra mujer que yo vea, con Trueba bostezando de cansancio ante un guión de papel manoseado hasta el exceso, no he podido por menos que pensar en mis modestas experiencias actuales ante la cámara, y el tiempo y paciencia que conlleva rodar aunque sea unos segundos.
Se sorprendía y festejaba en su blog hace unos días mi amigo Íñigo (uno de los 9 dibujante que escriben al comienzo de mi libro) que Trinidad Aguirre publicase su primer (y buen) libro a los 74 años. Mi caso no es muy lejano, al fin y al cabo, pero ya se sabe, el tiempo y los medios no van siempre de acuerdo.
Así que, tenga la edad que yo tenga, puesto que mi libro «Sin presiones, Canarias dibujada» es también mi ópera prima, estar tan cerca de Ópera no me parece un mal comienzo. Y quizás me lleve a otras obras. Sobre Madrid. Sobre Granada. Sobre mí. Ya les contaré.
«Sin presiones, Canarias dibujada», mi libro de acuarelas y dibujos de Canarias, está terminado.
Autoeditado, más de seis meses después de reunir mis primeras ideas y los dibujos de 10 años, y de tantear distintas opciones y editoriales, en un mes podré disponer de los 100 ejemplares que encargué a la Editorial Soldesol.
La portada es la del dibujo que encabeza este blog, el risco de Famara, en Lanzarote, con la isla de la Graciosa al fondo, con una particularidad: decidimos invertirlo, así que es el único dibujo que no está tal y como lo dibujé.
Y me gusta, da un poco la idea de algo creado y deja espacio natural al título, «Sin presiones», del que hablaré más adelante, que vuela, como las gaviotas que dibujé entonces, hacia las manos del lector.
En la contraportada pusimos la panorámica completa tal y como la dibujé, la que encabeza e identifica este blog.
Crear este libro ha sido, y aún lo es, una gran experiencia.
Quería reunir dibujos que he ido creando en distintos cuadernos estos últimos diez años en un libro que fuese como otra libreta, de tapa dura, apaisada, donde mis panorámicas se pudiesen disfrutar a libro abierto, donde pudiese publicar un centenar de dibujos, donde pudiese mostrar los temas que me gustan y distintas técnicas que manejo.
Recopilar dibujos, ordenarlos, seleccionarlos, escanearlos ha sido un trabajo lento, en algún momento difícil…
Y luego, buscar una editorial, consultar distintas opciones, packs y ofertas, escribirles y hasta visitar alguna ( gracias Adrián, de viveLibro, esta vez no fue) para aprender y comprender qué libro quería (tapa dura, A5, apaisado, con primacía en el color y las imágenes…) y qué libro podía, pues debía de pagarlo yo, y cuántos ejemplares, porque quería que fuese «mi libro».
Elegí la Editorial Soldesol, viendo que ya había publicado libros de dibujos similares a lo que yo quería, como «Almería dibujada», y también por el trato directo, la atención y el aprecio de mi editora, Sol Ravassa. Han sido meses de correos, sugerencias, ayudas, ideas, hasta confeccionar la maqueta definitiva y darle el visto bueno a la impresión del libro.
El resultado ha sido tan bueno que aún sin tenerlo aún en mis manos, mi libro ya figura en la colección «Panorámica» de la Editorial Soldesol, que coordina Dori Ruiz, también dibujante y Urban Sketcher:
El título
«Sin presiones» era el título original, tras algunos tanteos que explico en el mismo libro así:
Añadimos después ese «Canarias dibujada» que informa de lo que aparece en el libro:
COMPAÑEROS
A la hora de escribir un prólogo pensé en que me gustaría pedir a compañeros/as artistas con los que he dibujado alguna vez que escribiesen unas palabras hablando de mí, de mis dibujos o del dibujo en general. Y así aparecen en el libro las palabras de Juan Mª Josa, de Madrid, Eva de Urioste, de Lanzarote, Patricia Assunçao, de Gran Canaria, Íñigo Franco Benito de Lanzarote, Patrizia Torres y Luis Ruiz Padrón de Málaga, Miguel Ángel Lacal García, de Granada, Alejandro García Medina, de Gran Canaria y Clara Marta de Zaragoza:
Ha sido bonito recibir las palabras de otros artistas no sólo sobre mí o mis dibujos, sino sobre el propio hecho de dibujar. Mirar a través de otros ojos, y muy diversos, lo que uno vive y ha vivido con el dibujo, es muy estimulante.
Aunque el libro continúa, tras la explicación del título, con una selección de mis dibujos de las 8 islas canarias, aunque dos de ellas, Gran Canaria y Lanzarote, y dos ciudades, Las Palmas de Gran Canaria y la Villa de Teguise, ocupan el centro del libro, algo lógico, porque son mis lugares más vividos y por ello dibujados.
Continúa el libro mostrando brevemente mis temas y técnicas, mostrando algunos ejemplos variados, y finaliza con mi despedida, que termina con estas frases:
Este libro contiene una pequeña parte de la obra que he hecho y haré. Dejo pendiente mucho más de Canarias y de otros lugares que me apasionan como Granada, Madrid, Barcelona, París, Londres… Confío en que volvamos a coincidir entre dibujos muy pronto en otro libro.
Pues eso, un libro con dibujos míos de Granada y Madrid aguarda a tomar forma y algún otro espero que surja en el futuro.
Pero de momento, mi primer libro, sin presiones, sigue su camino. Esta semana estuve visitando librerías que puedan acogerlo en mi ciudad, y escribiendo a otras de Madrid, Granada, Málaga, buscando donde podrían recibirlo.
Otro paso para el libro es presentarlo. Bibliotecas, librerías, ateneos, institutos,… están recibiendo mis correos y visitas. No es fácil ante esta sexta ola, pero confío que en unos meses sea posible. En Las Palmas, en Lanzarote, en Granada, Madrid. Me gustaría hacerlo ante familia y amigos y afortunadamente los hay en muchos lugares. Todo llegará.
Y espero que el libro de para más que contar. Por eso he puesto ese (1) en el título.
Ayer, 27 de mayo de 2019, decidí, siete años después, acudir al Curso de De Vuelta Con el Cuaderno, el undécimo que organiza La Escuela de Arte de Zaragoza, con Clara Marta Moreno a la cabeza.
Por si alguien no lo conoce, De Vuelta con el Cuaderno es un grupo, una asociación de personas en torno al Dibujo de Cuadernos que nació en torno a Clara Marta y a la Escuela de Arte de Zaragoza cuando esto del cuadernillo y los Urban Sketchers comenzaba a desarrollarse. Desde entonces, cada año han organizado unas jornadas para promover y compartir sus inquietudes en torno al dibujo. Sus actividades y los dibujos de sus asociados los pueden seguir en su blog, «De vuelta con el cuaderno».
Me animé a inscribirme tras una conversación en grupo tras el último encuentro de Urban Sketchers Gran Canaria, recordando mi experiencia en 2012, y valorando que este año se celebra en Calatayud y se dedica a «Las Lecciones del Dibujo».
Por ello hoy decidí actualizar mi entrada de 2012, que tras mi borrado de archivos de Flickr había perdido sus imágenes y sus vídeos.
Releerla me recuerda la locura que fue aquel curso para mí, donde conocí, aunque fuese por cortos instantes a destacados cuadernistas cuyos dibujos sigo disfrutando años después, y aunque en modo alguno pude seguir su ritmo frenético de dibujo, sí que aprendí mucho de aquella experiencia, e incluso me atreví unos años más tarde a reinterpretar imágenes de aquellos días, como a Luis Ruiz Padrón dibujando junto a otros asistentes a aquel curso:
También puedo así recordar ahora mis dibujos de aquellos intensos momentos de dibujo grupal:
La foto final del curso la vi a distancia, desde fuera, fotografiando al grupo sin estar en él:
Animación con las fotos finales de grupo de De Vuelta con el Cuaderno 2012
Por ello para mí no cabe duda que mis mejores momentos en Zaragoza fueron aquellos donde mi tensión del curso se liberó y pudimos cenar y hablar en grupo con Clara Marta, Gerard Michel (ay… mi pobre conocimiento de idiomas…) Patricia Torres, Úrsula Fernández, Luis Ruiz, Sagar, Rosa de Trías y tantos más.
Cena final en De Vuelta con el Cuaderno 2012
Porque al final lo que queda es lo que aprendes y las personas que conoces:
Foto final con Patrizia Torres, de USK Málaga
En fin, no sé lo que me deparará esta edición en Calatayud, pero observaré, conoceré y aprenderé sin duda.
Y copio aquí mi post original, que publiqué el 7 de julio de 2012, pocos días después de regresar de Zaragoza:
Pues sí, ya estoy yo también aquí, «de vuelta con mi cuaderno».
He estado en Zaragoza, en el «IV De vuelta con el cuaderno», en el curso «Arquitectura en cuaderno.
«De vuelta con el cuaderno» es un curso, pero es algo más, es una iniciativa de Clara Marta, de Ana García de Pablo y de centenares de dibujantes de cuadernos, que comenzó hace cuatro años en Jaca, en un curso de verano de la Universidad de Zaragoza y que este año, con dificultades y sudores ha llegado a su cuarta edición.
Lo mejor para conocerlo es pasarse por su prolífico (2.577 entradas en cuatro años) y y colectivo (430 autores) blog «De vuelta por el cuaderno». Allí explican su historia y cada dibujante expone lo suyo. No sé ahora si yo podré hacerme un hueco en semejante olimpo, y por eso redacto y comparto primero mis impresiones aquí.
Hace tiempo tenía interés en acudir a un curso práctico, activo, artístico y de alto nivel. Lo primero que hice fue apreciar de cerca los cuadernos de quien había visto a través de internet: sus líneas, sus colores y hasta poder hojear los cuadernos de Gerard Michel o Luis Ruiz, dibujantes que admiro, ya justifican para mí el asistir a un curso como este.
Pero decía que este era un curso práctico, activo y artístico y este lo ha sido. Lo primero que te dan es un cuaderno. Y al final se exponen. Un cuaderno de estilo japonés, de fuelle, hecho a mano, y que sinceramente fue lo que menos me gustó, aunque reconozco que es el mejor método para exponer de un sólo vistazo el trabajo de estos días. Es sin embargo un sistema que mantiene los errores, que sigue un orden de lectura, que condiciona mucho. Pasé dos días dibujando en mis hojas sueltas en mi moleskine artesanal, sin atreverme a hacer una sola línea en él. Incluso estuve tentado a regalarlo, viendo con qué rapidez agotaban las hojas de los suyos mis compañeros y compañeras de curso.
Ver reunidos casi un centenar de dibujantes de muy diferente formación, estilo y procedencia, ponerlos a dibujar y observar como resuelven los mismos temas, como observan, miden, colorean, presentan, es para mí todo un gozo, casi cercano a la irritación visual, de tanto mirar y comparar.
En algunos casos, como en las comidas, a la contaminación auditiva que padecemos en España en cualquier restaurante, se unía la enorme actividad gráfica en cada mesa, en cada cuaderno. No sólo durante el curso, sino fuera de su horario podías encontrar docenas de personas que con su pluma o pincel se paraban en cualquier momento a representar este o aquel rincón o detalle
Asistir además a conferencias o a clases prácticas o simplemente preguntar o ver a un compañero cómo llena su cuaderno es una suerte que sólo mi timidez o mi soberbia han impedido aprovechar mejor. Clases como las de Gerard Michel, traducido por Lapin (ese francés mío de bachillerato que no he llegado a desarrollar, otra tarea pendiente… París o Clermont Ferrand me esperan…) donde sólo ver el proceso era una gozada:
Uno, tras ver líneas claras, colores valientes, retratos rápidos, perspectivas arriesgadas y panorámicas inmensas se siente un aprendiz, un ignorante un niño de trazo tembloroso y esquivo, susceptible a cualquier crítica, sensible a mis carencias, a mi lentitud, a mi cansancio… y dibuja… lo que puede, que siempre le parece poco… y malo:
El último día tracé con mi pluma una línea continua atravesando todas las hojas de mi cuaderno japonés, para romper así su insultante blancura. Mi cuaderno era así un metro de papel surcado por una línea. Y dibujé así esa mañana algo en él. Después casi no me atreví a incluirme en la foto final. Desde lejos, saqué fotos y vídeos de mis orgullosos compañeros de curso, posando con sus hermosos cuadernos terminados:
Esa misma tarde,antes de la exposición final le pedí a mi reciente amiga Úrsula (no se pierdan ver su cuaderno y dibujos en Flickr) una barra de pegamento, y fui pegando los pocos dibujos que conseguí reunir, y me atreví, aunque, eso sí, con mi moral por los suelos, a colgar allí mi cuaderno:
El curso, aparte de mis dibujos, mejores o peores, y de lo aprendido, más o menos, tuvo una parte humana muy importante. Conocer, poner cara voz y manos a quienes no conocía más que por sus dibujos tiene un valor extraordinario. Se trata de un grupo de personas que se han estado viendo en distintos encuentros estos años, que se conocen, se influyen, se admiran y también, porque somos humanos, lo contrario a veces, y eso es de un valor extraordinario. Viajar, convivir, comer, hablar y hasta ver la Eurocopa juntos, o separados, tiene un valor añadido. Hasta la última cena en Zaragoza, las últimas copas, la charla en mi pésimo francés con Gerard Michel, … Clara, Luis, Lorenzo, José María, Ana, Marga, Úrsula, Javier, Jose, Rosa, Anais, Marisa, Rincón, Patrizia, Fernando, Inma, Celia, Aurora, Cristina, Edurne… me olvidaré de más… son muchos, muchas, casi un centenar, no a todos los conocí, ni pude hablar, los dibujantes somos así, callados y tímidos… pero todo, hasta la caminata final hasta el hotel, todo eso forma parte de ese cuaderno inexistente que empezaré a dibujar en cuanto me recupere.
Porque, entre asombrado, emocionado, agotado, y bañado en humildad he regresado a Las Palmas de Gran Canaria, donde por ahora tan pocos dibujantes urbanos encuentro. La semana que viene he convocado un encuentro. Estarán cerca de Las Palmas algunos que conocí en Zaragoza, como Javier o Gemma, y puede que coincida con ellos, quizás no, quizás estemos dibujando en esquinas opuestas del mundo o del tiempo, pero, aún así, yo seguiré dibujando, a mi ritmo, a mi estilo, a mi tamaño, casi miniaturas…
Vuelvo del verano discutiendo conmigo mismo sobre qué es un «urban sketch» o «dibujo urbano» y qué no lo es.
Vaya por delante que respeto todo y que este post no es de juicio, sino de reflexión personal. Llevar casi seis años compartiendo dibujos con esta etiqueta me concede una idea sobre qué creo yo que es dibujo urbano:
Un dibujo rápido, que nos cuenta algo sobre la realidad, que no teme, e incluso juega, con el error, el riesgo y la novedad, que lleva notas de color, y un toque personal propio.
Eso no siempre lo consigo. Mis intentos como acuarelista o retratista, la publicación en las redes y el intento de ganar aprobación ajena creo que «invaden» mis dibujos, haciendo que sea menos rápido, menos arriesgado, menos personal.
Y noto que cada vez vengo con menos dibujos en mi cuaderno, menos visiones, menos novedades.
Por eso para mí es bueno pararme y recordar cómo empecé con todo esto. Y la mejor manera es contemplar algunos de mis dibujos:
Y también es bueno revisar un un poco de de mi historia:
En noviembre de 2011 me atreví a compartir un dibujo en el Grupo de Flickr «Urban Sketchers Spain», después de varios meses contemplando los dibujos que allí se mostraban. Para participar en el grupo necesitabas que autorizasen tu ingreso, y eso solía tardar, así que publicar allí para mí suponía un «honor». Hoy este grupo tiene 637 miembros y más de 30.000 dibujos publicados. Y 291 dibujos he compartido allí. Éste fue el primero:
El grupo Urban Sketches internacional, en el que también me admitieron por aquella época, tiene más de 10.000 miembros y más de 257.000 dibujos. Éste fue uno de mis primeros dibujos compartidos allí:
Otra manera de reflexionar es revisar lo que otros hacen.
La gran cantidad de dibujantes hace que esto del dibujo urbano no sea una ciencia fija. En Internet encontraremos quienes muestran dibujos hiperelaborados que requieren horas, otros con un dibujo lineal de ilustración casi fotográfica, o dibujos caricaturescos o deformados, de grafismo sintético, o donde reinan el texto o texturas artísticamente incluidas.
En esto del dibujo cada uno ha de encontrar aquello que le haga feliz, con lo que sea feliz, por ello yo no juzgo a nadie, tan sólo a mí mismo, y disfruto viendo los trabajos de aquellos que me acercan a lo que busco, algunos de los cuales he tenido la suerte de ver dibujar:
Urban Sketchers Gran Canaria es el nombre de nuestro grupo de dibujantes urbanos.
Desde hace cinco años, desde 2012, el 34 SketchCrawl, vengo convocando encuentros de dibujo urbano en Gran Canaria, como ya he contado en este blog, pero no fue hasta el pasado 2 de julio de 2016, en el encuentro de Arucas, cuando decidimos crear un grupo oficial de Urban Sketchers en Gran Canaria y solicitar el reconocimiento oficial de UrbanSketchers.org.
El posterior encuentro de Agaete, con la asistencia además de dibujantes de fuera de la isla, sirvió para confirmar aún más nuestras ilusiones.
Dibujo de Patricia Assunçao de nuestro encuentro en Agaete, nuestra cabecera en Facebook
Para ello decidimos abrir un grupo en Facebook: Urban Sketcher Gran Canaria – USK-GRANCANARIA https://www.facebook.com/groups/USKGC/ y publicar allí nuestros dibujos y convocar encuentros con regularidad mensual.
Después de Agaete llegó el verano y cada uno fuimos compartiendo los dibujos de los lugares donde estuvimos. En septiembre volvimos a reunirnos en Agüimes, esta vez con la incorporación de más dibujantes, llegando a ser catorce los que dibujamos ese día.
Tras algunos contactos y comprobaciones, a principios de diciembre fuimos admitidos como Grupo Regional o Chapter, como le dicen, y ya figuramos en la web de urbansketchers.org en la lista de los 10 grupos reconocidos hasta ahora en España: http://www.urbansketchers.org/p/list-of-chapters.html
Y así, en diciembre hicimos nuestro primer encuentro «oficial» en Jinámar, en las Fiestas de la Caña Dulce y otro encuentro más en el Belén de Arena de la Playa de las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria.
Finalmente, el pasado sábado 28 de enero tuvimos nuestro primer encuentro de 2017. Pero eso lo contaré en una próxima ocasión.
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In English:
Urban Sketchers Gran Canaria, 2016 Summary
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Urban Sketchers Gran Canaria is the name of our group of urban sketchers.
The later meeting of Agaete, with the assistance of sketchers from outside the island, served to further confirm our illusions.
Patricia Assunçao’s sketch of our meeting in Agaete, our Facebook header
To do this we decided to open a group on Facebook: Urban Sketcher Gran Canaria – USK-GRANCANARIA https://www.facebook.com/groups/USKGC/ and publish there our drawings and convene meetings with monthly regularity.
After Agaete came the summer, and each one we shared the drawings of the places where we were. In September we met again in Agüimes, this time with the addition of more sketchers, to fourteen we sketch that day.
After some contacts, in early December we were admitted as Regional Group or Chapter, as they say, and we are already on the web of urbansketchers.org in the list of 10 groups recognized so far in Spain: http://www.urbansketchers.org/p/list-of-chapters.html
And so, in December we made our first «official» meeting in Jinámar, in the «Caña Dulce» Festival and another meeting in the «Belén de Arena» of the Canteras Beach in Las Palmas de Gran Canaria.
Finally, the last saturday, January 28, we had our first meeting of 2017. But I’ll tell you about it next time.
Gerard Michel, uno de los mejores dibujantes que -ahora puedo decirlo- conozco, no sólo fue ponente en el «IV De Vuelta con el Cuaderno«, en Zaragoza.
Allí no se limitó a mostrar sus dibujos en pantalla (algo que le costó mucho, todo hay que decirlo, en la Sala de la Corona de Pignatelli, y hubo de repetirlo en otra sala con mejor proyección y medios), sino que nos dejó tener en nuestras propias manos sus cuadernos, disfrutar de ellos, de sus líneas y colores, nos dio varias clases prácticas de dibujo de arquitectura, paso a paso,como bien supo reflejar Rosa de Trías en su dibujo, que tantas carcajadas arrancó al propio Gerard:
Gerard Michel, esos días, paseó, dibujó, comió, cenó, vivió con nosotros esos días, y siempre lo vi cercano y sonriente. La última noche, tras esforzarse conmigo, corrigiendo mi mal francés, escribió de derecha a izquierda con su mano zurda en mi humilde cuaderno: «Leçon de perspective»:
Aquella noche me dijo que él no necesitaba publicar sus dibujos, que quien quisiera verlos lo podía hacer en su galería de Flickr.
Al día siguiente, cuando yo salía del hotel, ahí estaba, sentado en el bordillo de la acera… dibujando.
Quizás algún día, cuando yo sea más joven y haya pasado muchas horas dibujando, pueda parecerme a él. O casi. Entretanto he recibido de él una gran lección de perspectiva, y no solo visual, sino vital.
Gracias. Gerard
Traduction en français
Gérard Michel, l’un des meilleurs dessinateurs que, je peux dire aujourd’hui , je connais, non seulement était un haut-parleur au cours «IV de Vuelta con el Cuaderno» à Saragosse.
Il n’a pas seulement montré leurs dessins sur l’écran (quelque chose qui a coûté beaucoup, je dois dire, dans la salle de la Couronne de Pignatelli, et a eu à le répéter dans une autre pièce avec une meilleur de projection), mais il laissait-nous avoir dans nos propres mains ses carnets de voyage, les apprécier, ses lignes et de couleurs, il nous a donné toutes sortes de pratiques de dessin d’architecture, étape par étape, car Rosa de Trias elle sait réfléchir sur leur dessin, qui fais tant rire Gérard lui-même:
Gérard Michel, ces jours-ci, il a marché, a dessiné, a mangé, il a vécu avec nous ces jours-ci, et je l’ai toujours vu près et souriant. La troisième nuit, après de parler avec moi, et de corriger mon mauvais français, il a écrit de droite à gauche avec sa main gauche dans mon carnet: «Leçon de perspective»:
Cette nuit-là il m’a dit, «je n’ai pas besoin de publier mes dessins, celui qui veut voir mes dessins il peut là faire dans mon galerie à Flickr».
Le lendemain, quand j’ai quitté l’hôtel, il étais là, assis sur le trottoir … en dessinant.
Peut-être un jour, quand je suis plus jeune et j’ai passé beaucoup des heures en dessiner, peut être je serais comme lui. Ou presque. Pendant ce temps, ces jours a Saragosse j’ai reçu de lui une grande leçon en perspective, pas seulement visuelle, mais vital.
Pues sí, ya estoy yo también aquí, «de vuelta con mi cuaderno».
He estado en Zaragoza, en el «IV De vuelta con el cuaderno», en el curso «Arquitectura en cuaderno.
«De vuelta con el cuaderno» es un curso, pero es algo más, es una iniciativa de Clara Marta, de Ana García de Pablo y de centenares de dibujantes de cuadernos, que comenzó hace cuatro años en Jaca, en un curso de verano de la Universidad de Zaragoza y que este año, con dificultades y sudores ha llegado a su cuarta edición.
Lo mejor para conocerlo es pasarse por su prolífico (2.577 entradas en cuatro años) y y colectivo (430 autores) blog «De vuelta por el cuaderno». Allí explican su historia y cada dibujante expone lo suyo. No sé ahora si yo podré hacerme un hueco en semejante olimpo, y por eso redacto y comparto primero mis impresiones aquí.
Hace tiempo tenía interés en acudir a un curso práctico, activo, artístico y de alto nivel. Lo primero que hice fue apreciar de cerca los cuadernos de quien había visto a través de internet: sus líneas, sus colores y hasta poder hojear los cuadernos de Gerard Michel o Luis Ruiz, dibujantes que admiro, ya justifican para mí el asistir a un curso como este.
Pero decía que este era un curso práctico, activo y artístico y este lo ha sido. Lo primero que te dan es un cuaderno. Y al final se exponen. Un cuaderno de estilo japonés, de fuelle, hecho a mano, y que sinceramente fue lo que menos me gustó, aunque reconozco que es el mejor método para exponer de un sólo vistazo el trabajo de estos días. Es sin embargo un sistema que mantiene los errores, que sigue un orden de lectura, que condiciona mucho. Pasé dos días dibujando en mis hojas sueltas en mi moleskine artesanal, sin atreverme a hacer una sola línea en él. Incluso estuve tentado a regalarlo, viendo con qué rapidez agotaban las hojas de los suyos mis compañeros y compañeras de curso.
Ver reunidos casi un centenar de dibujantes de muy diferente formación, estilo y procedencia, ponerlos a dibujar y observar como resuelven los mismos temas, como observan, miden, colorean, presentan, es para mí todo un gozo, casi cercano a la irritación visual, de tanto mirar y comparar.
En algunos casos, como en las comidas, a la contaminación auditiva que padecemos en España en cualquier restaurante, se unía la enorme actividad gráfica en cada mesa, en cada cuaderno. No sólo durante el curso, sino fuera de su horario podías encontrar docenas de personas que con su pluma o pincel se paraban en cualquier momento a representar este o aquel rincón o detalle
Asistir además a conferencias o a clases prácticas o simplemente preguntar o ver a un compañero cómo llena su cuaderno es una suerte que sólo mi timidez o mi soberbia han impedido aprovechar mejor. Clases como las de Gerard Michel, traducido por Lapin (ese francés mío de bachillerato que no he llegado a desarrollar, otra tarea pendiente… París o Clermont Ferrand me esperan…) donde sólo ver el proceso era una gozada:
Uno, tras ver líneas claras, colores valientes, retratos rápidos, perspectivas arriesgadas y panorámicas inmensas se siente un aprendiz, un ignorante un niño de trazo tembloroso y esquivo, susceptible a cualquier crítica, sensible a mis carencias, a mi lentitud, a mi cansancio… y dibuja… lo que puede, que siempre le parece poco… y malo:
El último día tracé con mi pluma una línea continua atravesando todas las hojas de mi cuaderno japonés, para romper así su insultante blancura. Mi cuaderno era así un metro de papel surcado por una línea. Y dibujé así esa mañana algo en él. Después casi no me atreví a incluirme en la foto final. Desde lejos, saqué fotos y vídeos de mis orgullosos compañeros de curso, posando con sus hermosos cuadernos terminados:
Esa misma tarde,antes de la exposición final le pedí a mi reciente amiga Úrsula (no se pierdan ver su cuaderno y dibujos en Flickr) una barra de pegamento, y fui pegando los pocos dibujos que conseguí reunir, y me atreví, aunque, eso sí, con mi moral por los suelos, a colgar allí mi cuaderno:
El curso, aparte de mis dibujos, mejores o peores, y de lo aprendido, más o menos, tuvo una parte humana muy importante. Conocer, poner cara voz y manos a quienes no conocía más que por sus dibujos tiene un valor extraordinario. Se trata de un grupo de personas que se han estado viendo en distintos encuentros estos años, que se conocen, se influyen, se admiran y también, porque somos humanos, lo contrario a veces, y eso es de un valor extraordinario. Viajar, convivir, comer, hablar y hasta ver la Eurocopa juntos, o separados, tiene un valor añadido. Hasta la última cena en Zaragoza, las últimas copas, la charla en mi pésimo francés con Gerard Michel, … Clara, Luis, Lorenzo, José María, Ana, Marga, Úrsula, Javier, Jose, Rosa, Anais, Marisa, Rincón, Patrizia, Fernando, Inma, Celia, Aurora, Cristina, Edurne… me olvidaré de más… son muchos, muchas, casi un centenar, no a todos los conocí, ni pude hablar, los dibujantes somos así, callados y tímidos… pero todo, hasta la caminata final hasta el hotel, todo eso forma parte de ese cuaderno inexistente que empezaré a dibujar en cuanto me recupere.
Porque, entre asombrado, emocionado, agotado, y bañado en humildad he regresado a Las Palmas de Gran Canaria, donde por ahora tan pocos dibujantes urbanos encuentro. La semana que viene he convocado un encuentro. Estarán cerca de Las Palmas algunos que conocí en Zaragoza, como Javier o Gemma, y puede que coincida con ellos, quizás no, quizás estemos dibujando en esquinas opuestas del mundo o del tiempo, pero, aún así, yo seguiré dibujando, a mi ritmo, a mi estilo, a mi tamaño, casi miniaturas…
Rutas inciertas es una curiosa e interesante iniciativa que he conocido a través del grupo de Flickr «Urban Sketches Spain». Algún día hablaré del dinamismo y compañerismo que se vive en este grupo, pero ahora es el momento de hablar de rutas inciertas.
Establecido como concurso , aunque yo quizás lo llamaría más bien «reto», consiste en dibujar una ruta urbana a partir de unas coordenadas iniciales que te facilitan. Es una manera de continuar la aventura que la dibujante Clara Nubiola ya hizo en su «Guía de las rutas inciertas» que relata en su blog.
Pues bien, me animé a probar, escribí, y fue una sorpresa -y un honor- que fuese la propia Clara la que me enviase las coordenadas y contactase conmigo. Pues bien, algo de mágico debe tener Clara porque las coordenadas estaban a 200 metros de mi casa, y a otros 200 de otra casa donde viví hace 25 años, en barrios en los que he vivido en Las Palmas de Gran Canaria, pero a los que quizás no he hecho mucho caso, Buenavista y Escaleritas.
Decidí hacer la ruta el domingo 27 de junio, a eso del mediodía, y recorrí unos 3 kilómetros, con paradas intermedias durante unas 3 horas. Me llevé mi móvil y fui señalando la ruta por la que iba con el programa RunKeeper y haciendo dibujos y sacando fotos por los sitios por los que pasé.
Pues bien, llegué al primer punto y lo primero que ví fue el Barranco de la Ballena. En la ladera aún no se ha construido y se tiene una vista amplia del barranco, hoy atravasado por la autovía de circunvalación de Las Palmas. Y aún se conservan allí los restos de alguna casita que yo conocí sobre el mismo barranco, que hoy es un solar donde aparcan coches y furgonetas. Y cerca está el campo de fútbol Pepe Gonçalves, donde ese día jugaban un partido de juveniles:
Ruta incierta. Solar de una casita y campo de fútbol.
Volví al barranco y allí mismo encontré unos juncos. Pensé que era buena idea recoger algunos y elaborar unos cálamos o plumas de caña con ellos para dibujar… «¿y por qué no dibujar con ellos esa misma ruta incierta?» pensé. Desde el barranco hacia el norte se divisa el hospital Negrín, un campo de golf y el mar al fondo. Hacia el sur los túneles, el puente y el barrio de la Feria y dos colegios a ambos lados del barranco:
Ruta Incierta. Barranco de la Ballena. Cañas y panoramas
Subiendo hacia el Barrio de Buenavista me encontré con la iglesia del Espíritu Santo, que al ser el día de Pentecostés, estaban celebrando una fiesta, con gente vestida de canarios, música y varias carpas y mesas alrededor.
Ruta incierta. Fiesta de Pentecostés
Allí estaban mi mujer y mis hijos, así que con ellos atravesé la avenida de Escaleritas y llegamos al Parque Blanco o Hermanos Millares, donde mientras jugaban en el parque infantil, yo dibujé la enorme fuente redonda con los edificios de la avenida de Escaleritas al fondo:
Ruta incierta. Parque Blanco y avenida de Escaleritas.
Atravesando las calles de casitas bajas del barrio de Escaleritas llegamos a otra iglesia, la de Santa Isabel de Hungría, donde la gente se reunía a la salida. Desde allí me acerqué al paseo de la Cornisa, donde hay un muy visitado mirador, con una estupenda vista panorámica de la ciudad y del puerto de Las Palmas de Gran Canaria:
Ruta incierta. Iglesia y mirador
Hace poco tiempo, desde ese mismo lugar pinté una acuarela panorámica:
Las Palmas de Gran Canaria desde la Cornisa
Ya no seguí dibujando ese día, pero sí observando y fotografiando lo que me llamó la atención. Crucé de nuevo la avenida de Escaleritas, y pasando por el parque de Buenavista y al lado de mi casa regresé al punto de partida, y contemplé de nuevo lo que ví al principio. Ya eran las 3 de la tarde y las calles estaban vacías.
Regresé a casa pensando como transcribir todo eso a una hoja de formato A4. Hice algunas pruebas con tintas y dibujos:
Ruta incierta. Composición y pruebas
Luego pensé que «incierto» me sonaba a algo oculto, difícil, oscuro, y pensé en usar un papel negro y dibujar en blanco con los cálamos de caña, «iluminando» la ruta con mis «certezas» dibujadas. Hice otras pruebas, y vi que el tamaño era muy pequeño:
Ruta incierta. Pruebas en negro
Decidí que lo haría en un formato A3 y que luego reduciría el tamaño del envío para ajustarme al reto. He estado dibujando casi toda la noche, y este es el resultado:
Ruta incierta. A4. Original.
Para quienes prefieran el papel blanco, la informática me permite enseñarles el resultado a la inversa:
Ruta incierta. A4. color invertido
Y este es el dibujo original con los mismos cálamos o cañas que usé, tomadas del mismo Barranco de la Ballena:
Ruta incierta y cálamos
Y bueno, ya solo me falta enviarlo al concurso. Saludos.