Bueno, no soy Charlie.
Pero pude haberlo sido.
– Como cuando con 7 años me sentaba a leer las aventuras de Axtérix y a reírme con sus clichés sobre personajes y países.
– Como con 17 años, en mi primera visita a París me apresuré a visitar… una enorme de tienda de cómics, donde hojeé cientos de historias diferentes.
– Como antes, y después, leía sin pausa Tintín, Mafalda, Trinca, Mortadelos, Cimoc, 1984 y cuanto cómic caía en mis manos.
– Como me refugié en dibujar comics como refugio para mis soledades, inseguridades y cansancios.
– Como años después, en el fanzine el Camello, publiqué mi primera tira de comic, «BRROOM», basada en una idea de Jorge Acosta. Y como aquel personaje al que le rompen su idea, su dibujo, su libertad para pensar, me he quedado estos días:
No soy Charlie.
Pero pude haberlo sido.
Como cuando viaje a Barcelona con mi cuaderno de dibujos y me presenté en la editorial Norma, donde amablemente me recibieron y me dijeron que para aspirar a publicar debía dibujar muchísimo más. No mejor, sino más.
Como debieron pensar más tarde, aunque no me contestó nadie, en los periódicos de Las Palmas cuando por mail les envié mis dibujos.
Así que no soy Charlie.
Pero podía haberlo sido.
Haber dibujado mucho. Llegar a París de otra manera. Trabajar allí. Estar en aquella habitación cuando llegaron los asesinos.
He visto las fotos, el reguero de sangre, los papeles por los suelos, y he tenido la misma sensación que me causó aquella matanza de abogados en Atocha, esa sensación de frío, de parálisis, de pena, de estupor.
Y es cierto que no me gustan algunos dibujos que he visto de Charlie Hebdo. No me hacen sonreír. Soy andaluz y eso implica, al menos para mí, cercanía y respeto a todas las razas, religiones y creencias, algo que no aprecio en esos dibujos. Pero entiendo que hay muchas maneras de expresar el desacuerdo con ellos. Y nunca el asesinato será justificable para mí. Por eso no pasaré ni un momento estableciendo ni causas ni teorías.
Yo no soy Charlie, y posiblemente no dibujaría lo que dibujaban ellos, pero ayer cuando, como otras veces, caminaba con un viejo lápiz en mis manos, no pude evitar pararme, y escribir en un muro:
«Je suis Charlie»
Coincidió con el Carnaval de Las Palmas dedicado al cómic y quizás por eso tuvo un impulso importante y hubo de todo: exposiciones, charlas, talleres y hasta un homenaje al fanzine canario del que yo mismo me sentí parte hace muchos años.
En cambio, este Gran Canaria ComicFest 2013 ha sido para mí una pena. Así he titulado mi cómic. Lo primero por la fecha: finales de junio. Luego, o quizás por ello, la poca participación, y finalmente, la discutible calidad de lo que he visto. Pero no me voy a extender más. Lo bueno de estas fechas, al menos para mí, es que me ha dado tiempo para hacer una crónica distinta e ilustrada, como debe ser: en cómic e ilustración. Quizás el guión no sea muy bueno, pero esta es mi visión, y como tal, subjetiva y parcial. Otras personas lo habrán visto de otra manera.
Ayer miércoles asistí a la inauguración de las exposiciones de cómic en el Gran Canaria Comic Fest 2012 en el GCED (o Gran Canaria Espacio Digital).
Me gustó ver las salas llenas de dibujos, de distintos estilos, y de gente, más de la habitual, pero menos de la que corresponde a esta ciudad.
Gran Canaria Comic Fest 2012 - Exposición
Cómic nacional, manga, walking dead, Cómic canario… quizás no sea una exposición ni muy exhaustiva ni muy completa, pero en un desierto unas gotas hacen reverdecer el paisaje.
En lo personal, de «El Camello», sólo tres portadas, ningún dibujo, y nadie conocido, 29 años son muchos años y de aquella pandilla de comiqueros no quedamos muchos, parece. En todo caso me gustó ver las portadas. Me hizo sentir que aquello fue… «real».
Fanzine "El Camello". Portadas.
Luego asistí a la presentación de dos libros. Me planteo si los libros son el futuro del Comic. Por otro lado, presentar un libro de Comic con una gran pantalla fija detrás y solo hablando… no parece lo más adecuado.
Gran Canaria Comic Fest 2012. Presentación de libros.
En resumen, pese a todo intentaré asistir a las actividades que pueda y supongo que hay que agradecer el que se haya escogido el Cómic como tema del Carnaval para que se puedan ver estas exposiciones y demás actividades programadas en el GCCF.
¿Habrá ComicFest 2013 el año próximo?
Ya veremos. De momento me han vuelto las ganas de dibujar algo.
Estas fotos son de ayer, tal y como las tomé con el móvil.
El anterior post, una breve introducción, no estaría completo sin intentar escribir sobre esto: cómo dibujar cómics.
Y bueno, si en una librería recorren su sección de historietas, verán que, aparte de no ser sólo infantiles, la variedad y calidad de dibujos e historias es enorme. La web «Guía del Cómic» muestra muchos estilos y dibujantes.
De historias, llamadas también guiones, como en el cine, aparte de decir que son imprescindibles, y que «dibujar» una historia no es «ilustrar» una historia, que ese es otro -noble- campo del dibujo, diré que las historias de cómic no son meros relatos, sino que han de nacer para ser dibujadas, y dibujadas de tal manera que el dibujo haga innecesaria la palabra y las palabras hagan innecesarias el dibujarlas. Ambas, texto y dibujos se complementan en un cómic.
Hay quien hoy llama al cómic «novela gráfica». No me gusta. Nadie llama al cine, por ejemplo, «novela filmada». Si no les gusta la palabra cómic, o historieta, yo les pediría que inventasen otra palabra específica para ella. De los distintos y escasos nombres, pobre destino de las artes modestas, ya hablaba yo en el post anterior.
Pero hablaré de dibujos. Lo mismo que en las clases de lengua o idiomas han «apropiado», y quizás maltratado, el cómic para hablar del lenguaje, yo, aunque sea parcial, que no olvido la importancia de los textos, incluidos los sonidos y onomatopeyas, hablaré -brevemente- aquí de cómo dibujar cómic.
Puesto que hay miles de estilos, lo primero es definir qué estilo nos gusta, o queremos crear, que va desde el abstracto al más realista, pasando por el infantil, el cómico o el manga. Así pues, elegido un estilo, lo suyo será practicar en cómo dibujar personajes, fondos, detalles,… dibujar, dibujar y dibujar. Eso sí, podemos usar diferentes estilos o «personalidades» según el tipo de historia que queramos contar.
Hay que entender después qué es la viñeta. El cómic cuenta una historia en fragmentos, y estos son las viñetas: cuadradadas, rectangulares o irregulares, encierran una escena,una parte de la historia. A la hora de crear deberemos pensar en ese espacio, que no debe ni contener demasiado ni poco. Luego habrá que pensar en el tamaño de la viñeta y en el encuadre. Como en el cine, una viñeta puede contener desde un detalle preciso (un objeto, una mano,…) hasta una gran panorámica de una escena. Habrá que recordar y elegir entre plano de detalle, primer plano, plano medio, plano americano, plano general o plano panorámico.
Y en cada viñeta habrá que contar con el espacio que ocupan los textos, desde los de narración a los diálogos o pensamientos, pasando por los sonidos de la escena. Forman parte del cómic y requieren un espacio. Hay que tener en cuenta también el orden de lectura, de izquierda a derecha y de arriba abajo para que se entiendanlos diálogos.
Será conveniente trabajar en un borrador previo de la página con las viñetas y un boceto de los personajes, el fondo, los textos y comprobar que está correcto. No olvidemos otros recursos que incluyen movimiento como líneas cinéticas o de dirección o vibración, que darán mas vida a los dibujos y de que el tamaño de la letra es también la fuerza con que se oye un sonido.
Recursos: si queremos ser realistas será bueno documentarnos. En Internet y en libros existen imágenes que permitirán situar a nuestros personajes en cualquier lugar y situación. Caso de ser lugares futuros o imaginarios será nuestra imaginación la que deba ayudarnos. También hay vídeos y páginas en Internet que enseñan dibujos paso a paso. Nada sustituirá no obstante a la práctica en el dibujo, que nos irá acercando a un estilo propio.
Técnicas y procedimientos: hoy en día el cómic se dibuja desde los medios más tradicionales, como la plumilla y tinta a los más avanzados, el ordenador o las tablets. Quien quiere dibujar puede dibujar en todos. Evidentemente, aunque sea para la difusión, nadie puede estos días olvidar los ordenadores, que permiten enviar, compartir o comentar los dibujos casi al instante. La técnica «tradicional» pasa por las fases de boceto (dibujo previo), entintado (pasado a tinta), rotulado (insertar los textos) y color (o tramado, o no, si elegimos hacerlo en blanco y negro. La técnica «por ordenador», ya sea con un programa en nuestro ordenador, o dibujando en Internet, suele partir de un boceto previo que se escanea o fotografía, dibujando luego sobre el ordenador en capas distintas para personajes, textos y color, y terminando por enviar o publicar sus resultados.
Libros y Webs: Los libros de dibujo y las webs de dibujo o dibujantes son muy útiles para conocer el estilo y la técnica y el «cómo» se hizo esto o aquello.
Pero repito: nada, nada sustituye a dibujar y dibujar.
Y para terminar, sin ser una lista exaustiva, dejo aquí los recurso que he encontrado sobre este tema:
Al cómic o historieta se le ha llamado «noveno arte», aunque posiblemente es más antiguo de lo que pensamos y es una de las aplicaciones más directas del dibujo.
Desde que alguien necesitó contar una historia con dibujos, y eso es decir casi desde la Prehistoria, podríamos decir que inventó el cómic o historieta. Así, los dibujos en las cuevas, y más tarde en los relieves griegos y mosaicos romanos, en las iglesias de la Edad Media ya contaban historias con dibujos.
Más adelante se le añadieron las palabras, y así en la Edad Media los juglares iban contando historias ayudándose de paneles o tapices con viñetas dibujadas y en cada una contaban un verso o canción hasta completar una historia.
No fue hasta el siglo XIX cuando se publicaron historias dibujadas en periódicos, de un formato más parecido al actual. Los periódicos americanos a final de siglo le dieron color y lo usaron como medio de captación del público con historias sencillas, humorísticas o de fantasía.
Existe el concepto erróneo de que el cómic es un arte infantil. No es así. Más de 100 años de publicaciones dan para todo tipo de historias. Además, el cómic se ha constituido en un semillero de ideas y de directores de cine: Tim Burton, Guillermo del Toro, Álex de la Iglesia, y otros muchos dibujan o han dibujado cómic, el esquema de una película o «storyboard» es de hecho una historia dibujada, y de muchos cómic se han hecho películas y series de televisión.
Además, el cómic tiene distintos nombres según los países: historieta, cómic, bande dessinée, fumetti, manga… en este blog lo explican un poco: RedCultura.
Una historia más extensa sobre los cómics la tenéis:
En 2009 se pusieron en contacto conmigo desde el fanzine digital Pez. Estaban interesados en publicar mi tira Brommrr y encontrar información sobre el Fanzine en que lo dibujé. Conseguí que mi madre me enviara desde Granada los cinco números en que publiqué, ya amarillentos después de más de 25 años, y me propuse escanearlos para rescatarlos del olvido. Encontré también otro blog, Tebeosfera, donde encontré información sobre el Fanzine llamado Camello. Finalmente El fanzine Pez publicó en su número 9 una docena de páginas sobre los fanzines canarios, casi todo texto y algunas pequeñas imágenes, entre ellas una pequeña portada de «El Camello». Mientras, yo ya había publicado en otro blog, Discentia, un segundo post sobre mis dibujos para el Camello.
La portada del número 0, que era todo en blanco y negro, era de Juan Flops, hoy más conocido como político, Juan Fernando López Aguilar:
Yo diseñé la cabecera del fanzine:
Comencé dibujando los guiones de Jorge Acosta. Nuestra sección, a partir del número 1, la llamamos la destilipotabilizadora:
Mi primera tira fue precisamente «Brorrmm»:
La tercera tira representaba un cohete muy especial, la Sagrada Familia de Barcelona:
En el número 1, mi primera tira representaba a un personajillo, el Mufti-Dufti, una especie de jerbo saltarín, un poco accidentado:
Y en la tercera tira, una parábola sobre razas e idiomas:
En el número 2, el arma «casi» perfecta:
Hace unos años rescaté la vieja tira de «Brorrmm» y con el ordenador le dí color parcialmente. Hoy he coloreado toda la tira: