Agonía Cultural

#ConfinArte… o Arte con fin.

Acabó MI #ApagónCultural.

Y recalco lo de «MI», porque bastaron pocas horas de críticas, presión, insultos varios, la promesa de una reunión para que quienes convocaron (aún no sé muy bien quienes fueron) el #ApagónCultural lo desconvocaran rápidamente.

Así que, con mis dudas aún y todo, me quedé yo solo con unos pocos más sin tocar pinceles o lápices 48 horas.

Me recordó mis últimas huelgas como docente: que si no eran oportunas, que si no sirven de nada, que para qué perder mi dinero, que nos van a criticar… y terminaba yo con unos pocos más haciendo un parón testimonial.

Pero no me vino mal. Coincidiendo además con unos días donde recordé que de niño se paraba todo, hasta la música, donde sonaban tambores y se encendían velas en las calles, donde había que estar triste porque «murió el Señor». Sólo un par de días, porque luego venía «la resurrección». Complejos conceptos para un niño.

El Arte con fin no es más que un reflejo de la vida. El arte para mí hoy es reencontrarme con los dibujos de Uderzo, que murió en estos días y que reflejan muy bien la situación o situaciones en que nos encontramos:

El Arte, hace tiempo, confinado en palacios, conventos e iglesias, quería también a su manera, como en este cuadro de El Greco, reflejar la vida, fuese o no sobrenatural:

Mi arte confinado refleja nuestra agonía actual: la taza de café, las vistas desde nuestra ventana, autorretratos diversos, ese reloj, el calendario… momentos congelados que parecen no pasar:

Así estoy yo como artista, como modesto artista, probando a pasar 48 horas sin crear arte, sin compartir mi arte.

Más duro me habría sido no ver arte, no consumir arte, no disfrutar del arte ajeno. Eso me fue imposible: cómo no mirar un dibujo, ojear un libro, escuchar una canción, cómo no admirar esto o aquello… eso, debo reconocerlo, no me fue posible. Las 48 horas me fueron así más leves, al fin y al cabo mis manos, mis ojos, mi mente, no son más que un pequeño punto, apenas reconocible.

Entiendo al resto de artistas, y a quienes trabajan en el arte. No son más que el reflejo de esta sociedad. Con muy privilegiados arriba y muy modestos abajo. Viviendo en grandes mansiones y cubículos ínfimos. Con medios de sobra y sin medios. Es fácil dividir así.

Ayer, cuando leía los insultos, las valoraciones, el desprecio, las opiniones de autodenominados artistas no pude más que sentir tristeza, o estupor, o dudas. Como hace 48 horas.

Y ¿Qué es la cultura? dicen que tiene más de 250 definiciones. Una de ellas dice que viene de «cultivar»…

¿Y el Arte?, menos acuerdo hay aún en esto, pues depende del tipo, época, mercado, incluso se define como una habilidad, como una manera especial de hacer las cosas.

Así que al final artistas somos todos. Y todos distintos. Puede que se apage, que agonice. O quizás no.

Y a algunos pequeños artistas como yo nos ha dado también por escribir nuestras dudas y perplejidades, nuestros miedos y nuestras esperanzas. Quizás algún día llegue, como canta Silvio Rodríguez, el momento oportuno, la palabra precisa, la sonrisa perfecta, pero no para un apagón cultural sino para lo contrario, lo deseado, un encendido, un incendio cultural.

Y mientras eso llega, yo me entretendré escuchando a Silvio Rodríguez cantar no en su mejor versión, pero sí en una de las más recientes una canción que pide que ójala «… se te acabe la mirada constante, la palara precisa, la sonrisa perfecta …»

Y yo termino pidiendo que ojalá que se acabe esto. Hoy esta canción se la dedico a esta pandemia «perfecta»:

Ojalá

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
Para que no las puedas convertir en cristal
Ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo
Ojalá que la luna pueda salir sin si
Ojalá que la tierra no te bese los pasosOjalá se te acabe la mirada constante
La palara precisa, la sonrisa perfecta
Ojalá pase algo que te borre de pronto
Una luz cegadora, un disparo de nieve
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte
Para no verte tanto, para no verte siempre
En todos los segundos, en todas las visiones
Ojalá que no pueda tocarte ni en cancionesOjalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda
Ojalá que tu nombre se le olvide esta voz
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado
Ojalá que el deseo se vaya atrás de ti
A tu viejo gobierno de difuntos y flores

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¿APAGAR LA CULTURA… O… A PAGAR LA CULTURA?

Mi imagen modificada del aviso de #ApagonCultural

Comienzo este día con el aviso de #ApagónCultural y de #CulturaEnHuelga que circula por las redes. Casi lo primero que hago es modificarlo y compartirlo en mis redes con la pregunta que pongo por título a este post.

Y es que me pregunto: ¿se puede apagar la Cultura? ¿se busca pagar por la Cultura? y me hago una pregunta más, más personal, ¿debo sumarme yo a un #ApagónCultural en este periodo de apagón “vital”?

¿Se puede apagar la Cultura? No, porque la cultura abarca mucho más que lo que se ha llamado «industria cultural». Y más en estos tiempos de interconexión, donde encontramos fácilmente todo «conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo» y todo tipo «de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc.» como nos dicen las definiciones de Cultura.

Supongo que lo que se busca es apagar estos dos días el hecho de compartir trabajos culturales, pero al ser una convocatoria nacional y personal, será fácil encontrar Cultura en otros lugares, espacios, personas e instituciones, e incluso en nuestros archivos, libros, y memorias si perdemos la conexión.

Por lo tanto…

¿Se busca pagar por la Cultura? debo pensar que es la «industria cultural» la que, ante esta amenaza sanitaria convertida en económica, busca, como otros sectores, que se le ayude a superar este parón. No ha sido la Cultura, como la Educación o la Investigación, nunca una de las prioridades habituales de los gobiernos. Lo poco que se ha dado, en mi opinión, se ha ido repartiendo en cascada, con algunos más privilegiados y otros a los que sólo llegaban las migajas culturales, y generalmente asociadas a preferencias políticas, burocráticas o de modas al uso.

Es cierto que muchos artistas vamos a sufrir, como ya lo hacíamos antes, pero de manera más intensa y dramática, las penurias económicas que ya pasamos, la poca valoración de lo que hacemos y creamos, y parece necesario llamar la atención sobre nuestras necesidades, como las de otros colectivos, como la artesanía, el deporte de base u otros y buscar medidas que nos ayuden a superar esta etapa.

Y aunque resulte difícil, estoy de acuerdo en que es preciso reivindicar el valor de la Cultura, reconocer su utilidad en nuestra vida diaria, y más a la luz de estos días de apagón en otras actividades, en los que la Cultura de alguna manera ha vuelto a renacer y a darnos satisfacción, conexión, emociones y afecto.

Dicho esto…

¿Debo sumarme yo a un #ApagónCultural en este periodo de apagón “vital”?

Dejar de compartir no es difícil. Ya lo he hecho en periodos de trabajo docente, de enfermedad o en viajes con mala cobertura. Pero… ¿servirá de algo?, ¿lo notará el presidente, el ministro o sus altos cargos? mucho me temo que la ausencia de la obra de un modesto artista no llegará a sus ojos ni a sus libros de cuentas.

Más difícil sería para mí, para mis ojos, para mis manos, dejar de crear: 48 horas de papel en blanco, de manos limpias y pulidas, de intentar no pensar en nada nuevo, sólo comer, dormir y consumir…

¿Y consumir qué? debería ser solo información, porque… ¿no debería yo dejar de consumir ningún tipo de cultura, conocimiento, lectura, costumbre, música, idea…? porque si hago eso… ¿qué tipo de #ApagónCultural haría yo?

¿Qué harían, hicieron, artistas de otras épocas en situaciones parecidas, guerras, pestes, epidemias, dictaduras…? ¿apagarse?

¿Y un artista modesto, casi insignificante, como yo?

Así que como en una novela o película, termino mi post repleto de más dudas, en este parón circunstancial, el que me ha llevado a escribir estas palabras, que de alguna manera también son cultura. O acerca de ella.

Salud.

USK Virtual – Dibujar por Internet

(Mi post 150 en este blog, Acuarelas y Apuntes»)

El 19 de marzo pasado, una semana ya en confinamiento por coronavirus, se me ocurrió una idea, que como se ve en la imagen, en su momento me pareció algo loca y que comuniqué a los miembros del grupo Urban Sketchers de Gran Canaria y al grupo vecino, Urban Sketchers de Lanzarote:

  • Dibujar sitios remotos a partir de imágenes de Google Maps, que en algunas de ellas, como las de 360º, nos permiten girar la mirada o pasear por la zona escogiendo el lugar que más nos guste dibujar.
  • Comencé este reto proponiendo dibujar Reykiavik, en Islandia, un lugar tan remoto para mí que dudo pueda visitar en persona, y tan distinto y lejos de este encierro que me interesaba dibujar.
  • Antes de empezar, «paseé virtualmente» por Reykiavik, buscando aquellos lugares que me parecieron más «dibujables», copié los enlaces a las imágenes y los compartí con los grupos de Urban Sketchers, marcando una fecha, 20 de marzo y un horario de comienzo para estar de alguna manera «conectados».
  • El resultado, si bien no es como dibujar en la calle, fue bastante positivo. En mi caso quizás la comodidad de mi casa hizo que dedicase a cada lugar más tiempo y más medios de lo que es habitual en nuestros encuentros.

Mis cinco dibujos de Reykiavik me dejaron razonablemente satisfecho. Sin embargo, como ya dije, dediqué a ellos más tiempo y detalles de los que suelo disponer habitualmente, por lo que estuvo entre una sesión de dibujo urbano y otra de acuarela o paisaje en casa.

Mis dibujos de Reykiavik (Islandia)

Fue más positivo para mí poder ver los resultados de otros dibujantes ante el mismo motivo.

Aquellos dibujos los etiquetamos y publicitamos con las etiquetas #USKathome y #USKencasa, como habían hecho otros grupos. Sin embargo pronto me di cuenta de que lo que hicimos no era propiamente «urban sketchers» y por lo tanto no debíamos etiquetarlo así ni compartirlo en nuestro grupo de Facebook, así que creé un grupo que llamé «USK Virtual«, y #USKVirtual es la etiqueta con la que hemos llamado este tipo de encuentros.

Desde entonces hemos dibujado en sitios diversos, como Haarlem en Países Bajos, donde vive Anne Rose Oosterbaan, una artista holandesa que conocí brevemente en nuestro último encuentro de USKGC en Arguineguín y que creó su propio grupo #USKVirtual en Facebook donde ha venido realizando múltiples quedadas virtuales desde entonces (19 hasta ahora y 3 en curso hoy, todo un récord de actividad):

Mis dibujos de Haarlem (Países Bajos)

Yo no he ido a todas, obviamente. Mis siguientes quedadas virtuales fueron en Sydney (Australia):

Mis dibujos de Sidney (Australia)

Mi última visita virtual hasta el momento ha sido a Lisboa (Portugal) a invitación de Patricia Assunçao, amiga y cofundadora de nuestro grupo Urban Sketchers Gran Canaria, por lo que, pese al cansancio de convocatorias tan seguidas, no pude rechazar:

Mis dibujos de Lisboa

En todo abril no he vuelto a hacer otra visita virtual, incluso a lugares como París, Granada o Barcelona en los que hay mucho que dibujar. He descubierto que dibujar lugares que ya «conozco» me produce algo de tristeza, quizás por la imposibilidad de poder estar allí ahora. Y en los que son similares a otros que conozco mi curiosidad no se dispara.

Por otro lado, los factores anteriores, unidos a que los dibujos me supongan tanto esfuerzo o detalle por estar en casa, por tener a mi alcance – o casi – cualquier tipo de material que necesite, el disponer de tiempo de sobra para hacerlos y que de alguna manera sea dibujar «de foto», han hecho que pierda algo de interés en ello.

O quizás, para que negarlo, me cueste seguir el ritmo de otros y me guste, en esta circunstancia forzosa, cambiar de actividad con cierta frecuencia.

Aún así tengo en mi cabeza una iniciativa que, estando relacionada con el dibujo virtual, puede que me permita variar y divertirme más. Lo comentaré en un próximo post.

@PVil como nombre de artista

@PVil

He comenzado una nueva etapa. Y como tal, requiere de cambios.

El primero cambio será de firma, @PVil en lugar de PVillarrubia. Ya en mi último viaje por Argentina comencé a usarlo. Más adelante mostraré mis dibujos de ese viaje. He tenido varias firmas, PLVM, PVillarrubia y ahora @PVil.

Más adelante habrán otros cambios: de técnicas, de temas, de intereses. Nunca es tarde para cambiar, aunque se empiece por una firma.

Y hoy y mañana, además, participaré en #elCUARTOdelasMARAVILLAS, una iniciativa de exposición y venta en el local de Studio37.

No sé si venderé algo, pero al menos será un repaso a lo realizado hasta ahora, y un punto de partida para lo que vendrá.

Entretanto, hoy creé una obra nueva, distinta a las que he hecho hasta ahora, tasada por mí en la disparatada cifra de 60.000 € y titulada «TRAGEDY». Aún se está secando. Y por si no se vende, ya me comí el plátano que le sirvió de modelo:

Y aquí piden ver los pasos que seguí:

Arte Digital

El arte «manual» y el arte digital han ido siempre unidos en mi trabajo desde que compré mi primer ordenador allá por los 90. Ya entonces dibujar con el ratón o con las primitivas tabletas, aplicar efectos o retocar fotografías me atraía y pasaba muchas horas intentando sacar partido a aquellos photoshop o freehand prehistóricos.

Y en este blog desde 2012 ya publiqué algunos post con lo que yo llamaba entonces «acuarelas digitales», de Asturias y de Gran Canaria, que ya no se pueden ver porque las imágenes estaban enlazadas a Flickr y tuve que borrarlas.

Estos días, tras el sabor amargo que me dejó el post anterior, retomé mis fotografías, en este caso de los barrios de Vegueta y Triana de mi ciudad, Las Palmas de Gran Canaria, y procesándolas, volví a crear arte digital con ellas, a veces forzando el color, la luz, imitando el efecto de una pintura y las reduje de tamaño, firmé y puse en mi cuenta de Instagram, @pvil, que es mi escaparate actual.

Lamento la pérdida de calidad. Confío en algún día poder exponer o publicar mis trabajos digitales en una calidad, formato y precio dignos. Y aunque no confío en que esto impida el pirateo, al menos lo hará menos fácil y a mí me permite seguir creando y compartiendo lo que creo.

Helarte en tiempos de Internet

Iba a comenzar con el título «El Arte…» pero quizás el verbo sea lo más adecuado para lo que escribiré a continuación.

A comienzo de este año se puso de moda lo que llamaron el «Ten Years Challenge» (#10yearschallenge), que consiste en mostrar en las redes dos fotos, una de 2009 y otra de 2019, y creo que una foto de este tipo puede ser más clara de cómo ha cambiado, al menos para mí el arte en estos 10 años:

2009 – Ganador del concurso de pintura al aire libre – 2019 – mi dibujo en cartones de huevos

Más allá de mi cambio de peinado y de la barriga que oculto tras los cartones de huevos, la forma de apreciar mi arte ha cambiado: de recibir un premio y ver mi obra expuesta junto a otros ganadores, a recibir un correo donde me explican que un dibujo mío les ha gustado y han decidido ponerlo en la etiqueta de cartones de huevos.

De una sola obra, que estará en algún despacho u almacén, por la que recibí un dinero – del que se descontaron los impuestos – a miles de dibujos míos reproducidos por los que no recibiré nada, salvo ver mi firma en ellos.

Al año siguiente de ganar aquel premio, cuya historia conté por aquí, incluso me atreví a realizar una exposición en Teguise, que monté con gran ilusión con mi mujer y mis hijos aún pequeños:

De aquella exposición vendí dos únicas obras, a dos amigas, que aún hoy me recuerdan que las ven con alegría:

Entonces firmaba como «Plvm» y no como «PVillarrubia» como lo hago ahora, como se ve en las marcas de agua de estas imágenes.

Al poco tiempo me di cuenta cómo habían cambiado las cosas. En un encuentro de Urban Sketchers, mientras dibujaba se me acercó un señor que me dijo: «Me gustan mucho tus dibujos…» se lo agradecí, y el continuó: «… me gustan tanto que me los bajé, los imprimí y los tengo enmarcados en mi casa». Me quedé parado, mudo, no supe qué contestar en aquel momento, y no lo he vuelto a ver. Aunque supongo que no será el único que haya hecho lo mismo.

Y luego han habido otros casos, algunas veces me entero y otras me avisan, como cuando en el Twitter de la Unesco en español publicaron un dibujo mío de Lorca recortado sin que apareciese ni mi firma ni mención alguna. Y cuando se lo hice saber, me contestaron con breves disculpas, pero el tuit, retuiteado por otros, como he podido comprobar hoy, y como aquel dinosaurio del cuento de Monterroso, aún sigue ahí:

https://twitter.com/VanguardiaSon/status/711998935552958465

Otro caso fue cuando una amiga me avisó que una editorial educativa había publicado uno de mis collages para ilustrar unos de sus libros de texto. Les escribí varias veces, como cuento en mi blog educativo en «Carta a una editorial», y finalmente me escribieron «…sentimos mucho el fallo y, por supuesto, en la próxima reimpresión del libro lo corregiremos». Dudo si ha habido reimpresión o corrección, pero aquellos libros quedaron con mi trabajo, y sin mi nombre.

Y en estos tiempos de Internet he participado en distintas iniciativas, por las que he recibido reconocimiento por aparecer mi nombre y nula remuneración, como carteles para las exposiciones «Avatares 2.0», la exposición «#TwitterArtExhibit» o el libro «Portrait Revolution», que tuve que comprar por Internet para ver mis tres trabajos publicados en papel y los dos retratos que me hicieron:

Otras experiencias, como la exposición «La Mar de Arte», donde contactan conmigo por Internet, les hago llegar la obra, la enmarcan, la exponen y tú no puedes verla, no se vende, y luego envías a alguien a buscar tus obras.

Lo último, o quizás lo penúltimo, ha sido ver un dibujo mío publicado aquí en 2011 en etiquetas de cartones de huevos. Cierto que podían haberlo usado sin yo enterarme, y por ello, y pese a todo, tengo que agradecer que contactaran conmigo para explicarme sus intenciones y yo pedirles que al menos figurase mi nombre en las etiquetas. Así que, seguramente, será este uno de mis dibujos más reproducidos, miles de veces, y como otros tantos, sólo recibiré de ello la satisfacción de que alguien visitase este blog y eligiese mi arte y de poder ver abajo a la izquierda mi firma, «PVillarrubia»:

Esta semana, recordando los 80 años de la muerte del poeta Antonio Machado, se recordaban aquellos versos que escribió:

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

«Helarte…»

Las cosas han cambiado en 10 años, es cierto, signo de los tiempos, como ha cambiado la rambla que pinté en 2009, hoy en obras, y a punto de ser convertida en vía de transporte público para lo que aquí llaman «Metroguagua», y que aún no sé muy bien cómo se llevará con aquellos árboles que pinté:

El Arte, sin hache, también ha cambiado en estos tiempos de Internet, es más cercano, amplio, lo podemos ver en la palma de nuestra mano, y parece para muchos que se paga, cuando se dignan a ese mínimo gesto, con el simple reconocimiento de su autoría, con una efímera fama o seguimiento, como si el ego fuese la única recompensa de los artistas, como si no se hubiese dedicado a crear Arte tiempo, medios, reflexión y formación.

Una firma, sólo mi firma, no es bastante.

Cartel de la campaña de camisetas de Swinton & Grant «No por amor al arte».

Nota final: no quiero terminar este post así. Quiero agradecer a quienes premiaron aquel cuadro de 2009, a quienes compraron aquellas obras expuestas, a quienes se acercaron para observarlas, a quienes estando lejos me pidieron que se las enviase, a mis hermanos, que compraron las obras de «La Mar de Arte», a quienes me escriben para decirme lo mucho que les gusta, a quienes me encargan alguna obra y esperan, pues no siempre puedo cumplir sus peticiones, a quienes me siguen y me otorgan esa fama efímera que, sin ser suficiente, ayuda a caldear este helado clima artístico, a mi familia, claro, que tolera mis cambios, tiempos e inseguridades, y a todos quienes esperan de mí algo nuevo, bueno y creativo por animarme a crearlo. GRACIAS.

2018 – Artworks & Sketches – Vídeos

Tras el ajuste de Flickr, que ha dejado muchos de los post de este blog huérfanos de imágenes, llega el ajuste de WordPress y su editor, que hace que cosas sencillas antes resulten ahora más difíciles o engorrosas.

No estoy contento con estas limitaciones, y ante esto, medito seriamente abandonar WordPress. Lástima. En fin, malos tiempos para la Internet gratuita, según parece.

El título de este artículo no es porque haya mejorado mi pobre inglés repentinamente, sino porque así titulé los vídeos que lo acompañan y quizás porque escribir «Artworks & Sketches» me parece, no sé muy bien por qué, mejor que titularlo «Obras de arte y apuntes». «Obras de arte» porque tiene en español una connotación de algo valioso y «apuntes» por justamente lo contrario, y porque no sé muy bien por qué el español me resulta a veces poco respetuoso o poco ajustado a lo que yo hago y el inglés sí.

Hecha la aclaración – o confusión – lingüística comparto aquí dos vídeos que, a modo de resumen del año, felicitación de año nuevo o simple autorreflexión compartí en mi canal de Youtube con las escasas hasta ahora 52 visualizaciones del primero y 9 del segundo. No sé si este post aumentará estas pobres estadísticas, pero a mí me servirá para revisar y compartir parte de lo hecho el último año:

111 trabajos en 111 segundos. Resumen en vídeo de mis trabajos artísticos desarrollados durante 2018. Que sirva también de felicitación a mi familia, amigos y seguidores de mi arte. Que el 2019 venga lleno de felicidad, amor y arte.

Resumen de los dibujos urbanos (urban sketches), pocos, la verdad, realizados durante 2018.

Dibujando del natural en la Escuela Luján Pérez (1)

Dibujo del Natural. Escuela Luján Pérez

Dicen que cuando ocurre algo por primera vez es una casualidad, la segunda es una coincidencia, la tercera se convierte en hábito y a la cuarta es una (buena o mala) costumbre.

Así que yo he empezado el año persiguiendo una costumbre: dibujar del natural.

Ya hace unos años, un antiguo colega de mis tiempos del cómic, y hoy pintor, Antonio Cerpa, me informó de las sesiones de Dibujo del natural los viernes por la tarde en la Escuela Luján Pérez.

La Escuela Luján Pérez ha formado parte de la cultura y la educación artística canarias desde 1918, pronto cumplirá los 100 años, y hace más de una década que yo también recibí allí cursos de grabado y de dibujo dentro de mi nada formal educación artística, de la que quizás alguna vez me atreva a escribir.

Pese a saber de ello, el cansancio de los viernes, compromisos familiares y mil excusas impidieron hasta ahora que me animase a ir. Formaba parte de mis propósitos, deseos e ilusiones para el nuevo año, así que el pasado viernes 8 me presenté allí.

Y llegué tarde. Y mal: sólo llevé una libreta algo más grande que las que uso habitualmente, unas plumas y pinceles de agua, así que, como la modelo estaba descansando, me puse a dibujar el local:

Escuela Luján Pérez. Caballetes.

Comenzada la última sesión, de apenas 20 minutos, decidí hacer diversos dibujos de la modelo desde distintos lugares, moviéndome alrededor, intentando no molestar a mis compañeros:

Desnudo 01. Escuela Luján  Pérez

Luego cambié de posición y de color a otra pluma más azul:

Desnudo 02. Escuela Luján Pérez

Como la pluma azul se me acabó (¡ah… mi poca previsión!) terminé peleándome con otra pluma negra que no me ayudó nada:

Desnudo 03. Escuela Luján Pérez

Aún así, terminé razonablemente satisfecho con la experiencia y decidí pasar de la casualidad a la coincidencia. Pero esa es otra historia…

(Continuará)

XX Concurso de Pintura

 

XX Concurso de Pintura. Acrílico.
«XX Concurso de Pintura». Cuadro terminado

Unas cuantas veces me he referido en este blog a los concursos de pintura o dibujo.

La última vez que participé en uno, en julio pasado, terminé abandonando. Fue en el XX Concurso de Pintura Rápida Mesa y López, aquel donde gané la primera vez que participaba.

Tenía una idea en la cabeza, a partir de un dibujo de dos años antes. Se trataba de pintar el concurso dentro del concurso, hablar del esfuerzo de pintar, de amistad, de espera y de desapego u olvido del público hacia los artistas, o hacia sus obras. Y de fondo, el comercio. Concurso de Pintura Rápida. Acuarela.

Empecé primero buscando un lugar, y me instalé junto a otros artistas como David Santana. Allí, escondido tras el lienzo (en realidad, una pizarra que había imprimado de blanco) comencé mi jornada: Concurso 2015 - 01

Comencé con el dibujo previo: Concurso 2015 - 02

Y además, como quería romper con mi realismo realizando algunas novedades para mí, usé la cuadrícula, intenté rascar la pintura y darle relieve… pero lo cierto es que no pude, el calor, el frío, las distracciones,… así que al mediodía decidí abandonar. Puse el cuadro en el suelo, le saqué una foto, me despedí y me fui para casa. Concurso 2015 - 03

Al llegar a casa decidí terminarlo. Lo puse bajo una ventana, añadí unas cintas para romper la cuadrícula y la propia estructura de la imagen: Concurso 2015 - 04

Y empecé a pintar: Concurso 2015 - 05

Poco a poco el cuadro fue ganando en realismo, en primer plano:Concurso 2015 - 06

Y en el fondo:Concurso 2015 - 07

Hasta llegar a los detalles:Concurso 2015 - 08

Finalmente le añadí algunos logos arriba, y el nombre del concurso en dorado hasta casi dejarle un acabado casi de cartel. Decidí dejar el rastro de las cintas para hacer más visible que se trataba de un cuadro:
Concurso 2015 - 09

Al día siguiente, casí como si lo hubiese presentado al concurso real, el cuadro estaba terminado y me saqué una foto sosteniéndolo en mis manos:
Concurso 2015 - 10

Había ganado mi propio concurso personal.