
En una semana, el próximo jueves 17 de Febrero, a las 19:00 horas, si el tiempo, la salud u otras circunstancias no lo impiden, como dice mi cartel arriba, presentaré mi libro «Sin presiones, Canarias dibujada» en Madrid, en la Librería La Buena Vida, calle Vergara, 5.
Escogí esa librería porque ese rincón de Madrid tan cercano al Teatro Real me trae muy buenos recuerdos, desde los más recientes de mis dibujos de la plaza Ramales, con rodaje con moto incluido, o de la calle Santiago,


Hasta los algo más lejanos cielos de Madrid de hace 10 años desde una sala de ensayos del Teatro Real

Y recuerdos de los aún más lejanos, de mis paseos por Madrid vestido de caqui allá por 1980, mucho más grises que esos cielos, pero igualmente válidos para mí.
La librería se llama «la Buena Vida», y es sabido que no es casualidad, por ser esta la primera película de David Trueba, y preparando la que va a ser la primera presentación de mi primer libro, pensé en verla, porque se puede ver en RTVE Play estos días, y no la vi en su momento, allá por 1996.
Sin embargo, quizás por mi edad, por mi historia personal, esa zona de Madrid me recordó otra primera película muy anterior, «Ópera prima», de su hermano Fernando Trueba, de 1980, ambientada en aquella zona y en aquellos años y que, esta sí, recuerdo haber visto en su momento.

No ha sido fácil encontrar «Ópera prima». No está en plataformas, ni se encuentra en bibliotecas o lugares de préstamo. Hace unos días, tras muchas búsquedas, pude verla online. No me pregunten dónde. Verla me trajo a la memoria el juego de palabras de su título, su cartel sus paralelismos con la película de Woody Allen «Manhattan».
El paralelismo, que entonces me pareció casual, que alguien en la España de aquellos años tuviera vivencias similares a las de los personajes de Allen, no lo fue tanto. Basta ver las fechas de ambas películas, la crítica de trueba a la película de Allen, los personajes de ambas películas. Quizás por eso, pasados los años y con un Óscar en su manos, por su temática y referencias, «Opera Prima» no está entre las favoritas de su director.
Muchas pegas se le pueden poner, es cierto, y sin embargo, al ver en la web de Fernando Trueba un corto vídeo de una escena del rodaje, con Paula Molina abrigada fumando y leyendo, esperando a que Óscar Ladoire repitiese una y otra vez una escena que parece sencilla, la llegada de la calle con una bolsa de la compra, en una buhardilla atestada de técnicos, sin otra mujer que yo vea, con Trueba bostezando de cansancio ante un guión de papel manoseado hasta el exceso, no he podido por menos que pensar en mis modestas experiencias actuales ante la cámara, y el tiempo y paciencia que conlleva rodar aunque sea unos segundos.

Se sorprendía y festejaba en su blog hace unos días mi amigo Íñigo (uno de los 9 dibujante que escriben al comienzo de mi libro) que Trinidad Aguirre publicase su primer (y buen) libro a los 74 años. Mi caso no es muy lejano, al fin y al cabo, pero ya se sabe, el tiempo y los medios no van siempre de acuerdo.
Así que, tenga la edad que yo tenga, puesto que mi libro «Sin presiones, Canarias dibujada» es también mi ópera prima, estar tan cerca de Ópera no me parece un mal comienzo. Y quizás me lleve a otras obras. Sobre Madrid. Sobre Granada. Sobre mí. Ya les contaré.