Un mensaje ayer me hizo revivir los dibujos que hice en mi cuaderno de la exposición de Chagall en Madrid en 2012, o mejor dicho, exposiciones, pues en realidad fueron dos, una en el Museo Thyssen-Bornemisza y otra en la Fundación Caja Madrid.
Hice cuatro dibujos de cada una de ellas, ocho en total, distintos aspectos de las dos exposiciones. Comencé usando sólo una pluma de tinta negra sobre un pequeño cuadernillo de acuarela, luego mojé la tinta con pincel de agua, dando las sombras, pero pensé que Chagall era sobre todo color y que debía indicarlo de algún modo. Con pequeños toques de acuarela fui destacando los cuadros.
La primera es la que he querido revisar hoy, la el Museo Thyssen-Bornemisza, donde había más gente o quizás menos espacio libro, la gente, como en otros museos, caminaba en un circuito que a veces me hacía difícil ver, y por supuesto dibujar, pero la curiosidad de niños y mayores hacia lo que yo hacía me animó y conseguí plasmar aquel ambiente de algún modo:
Cada persona o grupo mira un cuadro. Eso aún es más evidente en el último dibujo: las niñas miran el del «ojo verde», el hombre de la mochila mira el del «caballo rojo». La técnica usada se puede apreciar aún más en los detalles:
Un último aspecto que quise hacer hoy fue lo que yo dibujé aquel día y los cuadros expuestos. Aquí se puede apreciar la mayor o menor referencia a ellos:
Si tienen curiosidad por ver qué cuadros aparecían en aquella exposición, aún está disponible un catálogo de ellos en la internet: Listado de obras de Chagall.
Y nada más. A veces revisar antiguos dibujos nos hace revivir lo que vivimos y decubrir aspectos nuevos.